historia

Antillón, población Asentada sobre un banco de arenisca y que fue fortificada por los musulmanes y posteriormente los cristianos, su historia documentada comienza a ser citada desde 1104. Su casco urbano, es abrazado dentro de una construcción laboriosa que data de los romanos, LA FUENTE DE ANTILLON,  la solución al problema del agua fue el mantenimiento del manantial, a tal efecto, se realizaba el encauzamiento de este o la apertura del pozo con brocal.  Antillón, una población reducida  presumiblemente, la construcción de esta fuente requería  un esfuerzo enorme, al que siglos después supondría la construcción de la iglesia, por lo que se delata que fue en época anterior construida y desde luego requirió la presencia de alguien con suficiente autoridad y medios para organizar el trabajo, pues no solo es una mera solución al abastecimiento, antes bien, presupone casi un alarde de ostentosa solución constructiva.

Nos encontramos ante una construcción que si bien hoy ha perdido su utilidad, en conjunto es de excepcional significación, como construcción aislada, pero también, como parte de la historia local, y por el lugar en el que se sitúa, punto geográfico próximo a la vía, como la mayoría de las construidas durante el periodo de romanización.

Para conseguir y mantener todas estas pertenencias aparece la figura del “tenente”, que era el representante del rey de Aragón  y por lo tanto procedía de una familia principal, o vinculada al monarca; es decir que formaba parte de la minoría de los «barones», que son los que tenían el derecho de acceso a las «honores reales», lo que significaba de facto la posesión de casa, tierras, y hombres sujetos a las mismas. Su misión era complicada, porque debía atender asuntos en ocasiones que no le eran propios, como el cobro de impuestos anuales, una labor que correspondía al merino, o bien el cobro del «censo» (novena, delgada y galleta) en algunos lugares pequeños y apartados, pero pertenecientes al rey, así como en otros dependientes de la nobleza menor de los infanzones, cobrar a los campesinos y siervos; si bien su principal misión consistió en administrar justicia; y organizar la defensa del territorio y de la fortaleza en la que residía, amén de otros castillos que pudiera tener así mismo asignados . Por todo ello la figura del “tenente” resulta esencial, para comprender la ordenación territorial, jurídica y militar, desde fines del siglo X, a los comienzos del siglo XIII.

Ostentan la Tenencia de Antillón, Don Juan Galíndez de 1131 a febrero de 1134, Sancho Juanes desde 1136 y finalizara Galindo de Naya desde febrero de 1185.

Respecto a la historia de la vid en  estas tierras donde se enclava la población, tenemos que citar que   gracias a sus suelos  y a las proximidades de los ríos Guatizalema y Alcanadre, han sido esenciales para el cultivo de la viña,  dichos cultivos ya datan de documentos de la época del año 500 A.C., en ellos ya se cita la cultivación de la vid en el Valle del Ebro y sus respectivos afluentes. En el siglo II A.C. ya existía una gran producción de vino por toda esta zona. Un factor que influyó en el desarrollo del cultivo de la vid y su comercio fue el asentamiento de itálicos en la Hoya de Huesca y del Somontano. Estos importaron sus avanzadas técnicas vitivinícolas contribuyendo también a la creación de las compañías de comercio.

En la Edad Media, el cultivo del viñedo se extiende a toda la provincia de Huesca. En esta época los monasterios son un factor influyente en el desarrollo del viñedo y provocan un fuerte aumento de plantación de cepas en sus proximidades: el vino, por ser parte de los rituales católicos, es un producto esencial.

Todo ello ha ido evolucionando siglo tras siglo pasando por plagas (filoxera) y todo tipo de acontecimiento histórico, hasta día de hoy donde la Denominación de Origen Somontano regula la producción de vino y da la promoción necesaria para que nuestra tierra de Bodegas Valdovinos este presente tanto a nivel nacional como internacional.